El Irish Linen y las spinsters: las hilanderas irlandesas que hilaban el lino victoriano

Como cada año, en La Casa Victoriana, celebramos el día de San Patricio recordando un hecho o tradición relacionado con la preciosa isla esmeralda.

En primer lugar, me gustaría aclarar el uso de la palabra spinster, término que en la actualidad se traduce como“solterona”, para evitar provocar cualquier tipo de malentendido, por lo despectivo de la palabra. En el contexto de esta entrada, una spinster es una mujer que maneja la rueca de hilar, la spinning wheel en lengua inglesa y cuya traducción en español sería hilandera.

El término spinster, se utilizó tiempo más tarde, para definir a una mujer que no estaba casada o que tenía una edad avanzada – siempre en el contexto de la época – y no tenían expectativas de contraer matrimonio. Con el tiempo se fue convirtiendo en un término ofensivo y hasta insultante, pues se identificaba con una mujer de mediana edad o mayor, no casada y con un carácter agrio o triste, dependiendo de las circunstancias en las que fuera presentada.

Aclarado el término, La Casa Victoriana dedica este año el Día de San Patricio a todas las mujeres irlandesas que fueron las impulsoras de un oficio artesano que ha pervivido a lo largo de los siglos dejando muestras de unas manifestaciones artísticas menores pero no por ello menos bellas.

Woman At A Spinning Wheel – Platt powell Ryder

En el siglo XIX, en pleno auge de la industria textil, la nobleza y la burguesía demandaban tejidos de alta calidad para la confección de sus ropa y ajuar doméstico. La planta del lino proporcionaba uno de los tejidos de más populares, no sólo por su suavidad y resistencia sino por su gran versatilidad. No en vano, la producción de lino para diferentes ámbitos comerciales y económicos, ha quedado registrada históricamente desde hace más de 4000 años.

Irlanda, y más concretamente la zona norte de la isla, hizo del cultivo y posterior procesamiento del lino dos de las bases en las que se asentaba su economía, llegando a convertirse en uno de los mayores productores de la planta a nivel mundial, y en el principal proveedor de los países europeos y de su industria textil. La producción de lino se convirtió en el sustento de pueblos enteros que dependían casi por entero del cultivo de la planta y del trabajo en los molinos para su procesado. Toda la familia trabajaba en la industria del lino, incluidos los niños que aportaban un salario extra a los ingresos familiares.

The spinning wheel – Giovanni Battista Torriglia

Uno de los éxitos del lino irlandés radicaba en la pericia de las spinsters, las tejedoras que manipulaban el lino en ruecas o bien en husos. La rueca era una rueda en la que se hilaban las fibras para separarlas lo más finamente posible. Un huso era una pico recto, generalmente de madera o hueso, que se utilizaba para hilar. En su parte superior tenía un objeto esférico llamado espiral para que el hilo no se saliera del pico. Muchos husos tenían un gancho o una ranura, como la de una aguja de coser, para guiar las fibras de hilo.

El trabajo de las hilanderas destacaba por el modo en la que hilaban las fibras de lino en finísimos hilos, que después eran tejidos en los telares, dando las telas de lino resultantes para ser utilizados en la industria de la confección. Este oficio, que se transmitía de madres a hijas, era tan demandado por la industria que, a pesar de que familias enteras se dedicaban a este menester, no era suficiente para la cantidad demandada y, además, encarecía el producto, pues tardaba bastante tiempo en llegar a los telares. Por este motivo, las industrias textiles idearon una fórmula de producción que tuvo gran popularidad en el siglo XIX.

Girl at a Spinning Wheel- H Harcourt

Los empresarios promovieron que las familias tuvieran sus propios campos de cultivo, recogieran el lino y lo hilaran y tejieran en sus propios telares. Una vez tejido, los empresarios los adquirirían a las familias para posteriormente procesarlos y venderlos a las empresas de confección. Como las familias irlandesas no disponían del dinero suficiente para la adquisición de la maquinaria, los telares fueron proporcionados gratuitamente, aunque siempre con supervisión por parte de los empresarios, con el fin de comprobar que se utilizaban correctamente y lo producido se le vendía íntegramente a ellos.

El negocio era tan rentable que las spinsters pronto comenzaron a contratar muchachas como aprendices para poder producir más cantidad y más rápido sin que la calidad del hilado se deteriorara, ya que comenzaba a circular una variedad de lino directamente tejido, sin previo hilado a mano. Esta mecanización conseguía una producción mayor pero también unas fibras más gruesas y toscas que bajaban el precio del tejido.

Sunshine – Robert Thorburn Ross

La ropa de cama victoriana o las piezas de mantelería confeccionadas con lino irlandés, habitualmente adornadas con bordados o brocados eran consideradas una muestra de exquisito gusto y lujo debido a su trabajo de hilado y su suavidad al tacto. Una familia victoriana de alto estatus siempre engalanaría su mesa con un mantel de procedencia irlandesa o adornaría sus mesitas y tocadores con tapetes de lino de Irlanda.

El arte de las spinsters, se hizo tan popular durante la época victoriana que hasta la mismísima Reina Victoria tenía su rueca particular y no dudaba en dejarse fotografiar llevando a cabo tan doméstica labor.

Con el tiempo la labor de las spinsters fue perdiendo competitividad frente al trabajo mecanizado y a la producción en serie, ya que a los costes de producción eran más baratos y eso repercutía en los precios de venta al público que los empresarios podían ofrecer y que se traducía en un incremento en las ventas. El mecanizado y la llegada de lino de países en los que los salarios eran mucho menores, abarató y democratizó el acceso a los productos confeccionados de lino, a costa de un detrimento de la calidad de los mismos. Los campos de cultivo y los molinos fueron abandonados y las familias se dedicaron a oficios mucho más rentables económicamente y que exigían menor laboriosidad. Afortunadamente, el oficio no se perdió pero quedó relegado al concepto de artesanía tradicional.

En la actualidad, el sello de calidad de Irish Linen sigue teniendo el prestigio de un producto de excelencia. Aunque el lino no sea de cultivo autóctono irlandés, la condición para la obtención de la denominación Irish Linen es el hilado y la separación de las fibras de modo manual y artesanal y, por supuesto, un resultado de una belleza y delicadeza inigualables.

Fotografía Vía Pinterest

Moda victoriana: Irish Crochet Lace

Coincidiendo con la festividad del día de San Patricio, desde La Casa Victoriana queremos hacer nuestro particular homenaje a la isla esmeralda con un artículo sobre uno de los ornamentos de confección original irlandesa que se pusieron de moda en el siglo XIX : el Irish Crochet o ganchillo irlandés.

Aunque la población irlandesa padeció varias hambrunas en su historia, la sufrida en la primera mitad del siglo XIX fue realmente devastadora y trajo graves consecuencias sobre la sociedad irlandesa, entre ellas un importante descenso de la población provocada por los fallecimientos y la emigración masiva.

La pobreza instalada en la mayor parte de los hogares rurales irlandeses hizo que el ingenio, principalmente de las mujeres, buscara nuevas formas de ingresos para el hogar y una de ellas fue con una habilidad para la creación de bellos complementos realizados con la técnica del crochet.

London Stereoscopic Company en Getty Images

Hay diferentes teorías sobre como la habilidad del ganchillo se convirtió en una tradición  en Irlanda. Una de ellas señala a las monjas ursulinas como introductoras de la técnica, aunque otras apuntan a la hija de un noble franco-español y de una irlandesa, Mademoiselle Riego de Blanchardiere, como la verdadera inventora de lo que posteriormente se denominó Irish Crochet.

El Irish Crochet era la labor mediante la cual, con pequeñas agujas, se creaba una pieza, siguiendo una serie de patrones o plantillas que se repetían, y que posteriormente se unían para formar una pieza mayor. La unión de esas piezas formaban una figura determinada dependiendo de cual fuera el objetivo buscado, un pequeño bolso, un chal, un paño, una colcha…

La habilidad irlandesa para el crochet fue refinándose pasando de confeccionar piezas más sencillas a auténticas obras de arte que semejaban los encajes más elegantes y que les permitían elaborar desde mangas, cuellos o chales hasta blusas o vestidos completos.

En las familias irlandesas no sólo ganchillaba la madre y las demás mujeres de la casa sino también otros miembros de la familia, entre ellos los más pequeños, ya que era un modo de aportar ingresos a la unidad familiar tan necesitada de obtenerlos.

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En la exigente sociedad victoriana, el Irish Crochet Lace se consideraba un buen trabajo de costura pero cuya calidad no se podía comparar con otros encajes más selectos. Su popularidad era grande entre las clases trabajadoras y rurales, porque permitía adornar bonetes, sombreros y otras prendas haciéndolas más vistosas con materiales más baratos que los de los encajes tradicionales y que podían ser hechos por ellas mismas. Por este motivo las damas de clase alta lo consideraban el hermano pobre del encaje, y no propio de una mujer elegante y con clase.

Pero esta percepción cambió el día que la Reina Victoria decidió prender una pieza de ganchillo irlandés como adorno de uno de sus sombreros. A partir de ese momento esta técnica se popularizó hasta límites insospechados y no había mujer de la alta sociedad que no luciera una de estas piezas como vestuario u ornamento, ni casa donde las mujeres no aprendiesen a confeccionarlo, independientemente de la clase social a la que pertenecieran.

No olvidemos el inmenso cariño que los ingleses sentían por la familia real y la reina en especial, cuya ropa, costumbres y comportamientos eran imitados por todas las clases sociales.

Irish crochet

Este crochet se realizaba con tres hilos de diferente grosor: un hilo fino para confeccionar los diseños, uno más grueso y resistente para unir todas las piezas y uno muy fino para rellenar espacios entre las piezas, con dibujo de red u otros diseños. Este último paso se solía hacer sobre papel en un bastidor, ya que era un paso más delicado y requería mucha pericia para dar ese acabado final de encaje.

El encaje irlandés pronto se convirtió en una industria que exportaba piezas de ganchillo no sólo a Irlanda y Reino Unido, sino a otros países de Europa, como la exigente Francia, que pronto lo convirtió en moda, y a Estados Unidos, donde hubo una floreciente industria del sector.

Los patrones y técnicas más laboriosas eran guardados con un halo de secretismo y transmitido sólo a los miembros de la familia e incluían modelos de diferentes tipos de flores, hojas e intrincados y, al mismo tiempo delicados, diseños originales.

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Esta industria, alimentada del trabajo casero de las mujeres y familias irlandesas, comenzó a decrecer con la llegada de la maquinaria industrial textil que, con menos costes y de manera casi automática podía tejer piezas grandes y de diseños más complicados.

Muchas de las preciosas piezas de ganchillo irlandés están expuestas en museos, incluidas las bufandas que fueron entregadas a destacados soldados de las guerras Boer, tejidas por la propia reina, que se refugió en las labores de ganchillo como remedio para superar la muerte de su esposo el Príncipe Alberto.

En la actualidad se siguen publicando libros de patrones y diseños  de encaje irlandés, existiendo, además, infinidad de blogs y talleres donde se recupera esta técnica decimonónica para aplicarla a todo tipo de diseños y complementos.

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La Casa Victoriana desea a todos sus subscriptores y visitantes un Feliz día de San Patricio, y para celebrarlo estrenamos tablero en Pinterest con una colección de las más tiernas y victorianas tradicionales postales de felicitación.

http://es.pinterest.com/casavictoriana/postales-victorianas-del-d%C3%ADa-de-san-patricio-st-pa/

Tradiciones y Simbología del día de San Patricio

Este post está dedicado a mi querido amigo Denis y a su tierra

El 17 de Marzo muchas ciudades del mundo anglosajón se visten de verde para celebrar la festividad de San Patricio, patrón de Irlanda y desde La Casa Victoriana me gustaría  recordar algunos de los símbolos y tradiciones de esta preciosa isla, y vestir de verde el blog como homenaje a Irlanda y a todos los irlandeses donde quiera que vivan.

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Shamrocks

Los shamrocks o tréboles son una parte importante de la simbología unida a San Patricio. Cuenta la leyenda que San Patricio, para convertir al catolicismo a los paganos politeístas celtas, cogió uno de los tréboles que abundaban en la isla y señalando las tres hojas de la planta les explico el misterio de la Santísima Trinidad: una planta con tres hojas que la completan, igual que la Trinidad, un solo Dios con tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Pero ya los antiguos druidas celtas consideraban al trébol una planta sagrada por su triada de hojas, ya que para ellos el 3 era un número místico.

Durante el siglo XIX, en la rebelión de los irlandeses contra los ingleses, el trébol se convirtió en una seña de identidad del orgullo irlandés y adquirió un fuerte significado político y social hasta el punto de que «wearing o’the green» se convirtió en un hecho castigado por la ley.

Hoy en día tanto el uso del color verde como el uso de tréboles en esta festividad no sólo forman de la reivindicación de la identidad irlandesa sino que es una forma de homenaje a la Isla Esmeralda .

The Lucky Leprechauns

Los duendes son pequeños seres de no más de tres pies de alto, de carácter reservado, hosco y solitario, que son unos de los símbolos irlandeses por excelencia. Zapateros de profesión, van siempre vestidos de verde con un llamativo sombrero y con dos monedas de oro fuertemente agarradas en sus manos. En una mano llevan una moneda mágica que aunque se gaste siempre vuelve a aparecer en la palma de la mano, la otra moneda se convierte en cenizas al ser gastada.

La elección de los duendes como símbolo irlandés es que ellos eran considerados como los guardianes de los tesoros de las Hadas. Los Leprechauns esconden una gran olla llena de oro al final del arco iris, cambiándola de arco iris constantemente para evitar que sea descubierta.

La tradición dice que si se ve a uno de estos duendes verdes no hay que perderlos de vista pues así encontraremos el tesoro al final del arco iris.

Wearing of the Green

Vestir de verde es una tradición que representa que una persona tiene antepasados irlandeses, o simplemente se hace como un homenaje a Irlanda y a su cultura.

Festivals and Parades

La festividad de San Patricio se celebra con espectaculares desfiles y festivales donde el color verde invade ciudades como Nueva York o Chicago, homenajeando la sangre irlandesa que corre por las venas de muchos americanos. El primer desfile se celebró en 1776 en Nueva York, y todavía sigue siendo hoy el desfile más espectacular de esta celebración.

Curiosamente no fue hasta 1995 que se celebró el primer desfile en Dublín, y realmente el motivo de este festival dublinés fue atraer el turismo a la ciudad.

Irish Fare

La comida tradicional irlandesa reúne en torno a la mesa a las familias que han acudido por la mañana a la tradicional Misa de San Patricio y que, después de la comida, se reúnen en torno al televisor para disfrutar los desfiles de San Patricio a través de la televisión. El menú consiste en repollo, guisado de carne irlandés, patatas con chalotas y unos deliciosos bollos llamados scones. Todo se acompaña de cerveza «verde» irlandesa.

Erin Go Bragh

Este dicho se escucha durante todo el día de San Patricio y significa Ireland Forever.

St. Patrick was a gentleman
Who through strategy and stealth
Drove all the snakes from Ireland,
Here’s a toasting to his health;
But not too many toastings
Lest you lose yourself and then
Forget the good St. Patrick
And see all those snakes again!

Feliz día de San Patricio!

El 17 de Marzo la comunidad irlandesa en todo el mundo conmemora la festividad de su patrón, San Patricio.

Happy St. Patrick’s Day, wearing green!

El día de San Patricio comenzó a celebrarse como una fiesta religiosa, que conmemoraba el día del patrón de los irlandeses pero a partir de 1903 se convirtió en una fiesta nacional. En este día, no sólo en Irlanda, sino en muchos otros lugares con numerosa población irlandesa, se celebran desfiles en los que las ciudades se tiñen del color verde distintivo de Irlanda.otros lugares con numerosa población irlandesa, se celebran desfiles en los que las ciudades se tiñen del color verde distintivo de Irlanda.

Aunque en un primer momento, el color asociado a San Patricio fue el azul, en los primeros años del siglo XVII, se fue incorporando paulatinamente el color verde en la ornamentación de la festividad, así como en el color de los adornos y complementos de los participantes, que solían portar cintas y lazos de color verde. Del mismo modo, el trébol de tres hojas se convirtió en el símbolo de la fiesta; la leyenda cuenta que el santo utilizaba esta planta para explicar el misterio de la Santísima Trinidad.

La festividad de San Patricio se asocia fundamentalmente con Irlanda pero son muchos los países que organizan un desfile para conmemorar el día de San Patricio, entre ellos, Argentina, Canadá, Corea del Sur y, por supuesto, Estados Unidos – de hecho es en la ciudad de Nueva York donde se celebra el desfile más numeroso tanto en número de espectadores como de participantes.

En la Época Victoriana era costumbre enviar cards para conmemorar fechas destacadas, como la festividad de San Patricio,  por lo que cada año se publicaban con gran éxito nuevos diseños .