Arts and Crafts: Charles Robert Ashbee

 

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Hacemos un pequeño paréntesis en el mundo de los cuentos que se habían instalado durante estos meses en La Casa Victoriana para dejar paso a un movimiento que revolucionó el modo de entender las artes y el diseño y que dio cobijo a figuras tan relevantes y conocidas como William Morris.

Pero no es a él a quién vamos a dedicar el post de hoy sino a Charles Robert Ashbee, fundador de la Guild and School of Handicraft (Gremio y Escuela de Artesanía) y uno de los pilares del movimiento de Arts and Crafts.

Charles Robert Ashbee nació en Londres en 1863; hijo de un acomodado comerciante inglés, gran aficionado al arte y bibliografo reconocido, estudió en los mejores centros londinenses, como el King’s College y el Wellington. Interesado en las nuevas corrientes artísticas y sociales conectó rápidamente con los postulados de John Ruskin.

La doctrina de Ruskin y el pensamiento socialista de Morris se unieron para dar forma al Gremio y Escuela de Artesanía que Ashbee fundó en el distrito londinense de Whitechapel, en Londres. En este centro Ashbee aglutinó a los más innovadores artistas de la época. A pesar de sus diferencias personales, todos compartían una ideología artística: recuperar la esencia del arte más puro, basado en las formas de la naturaleza, la creación de piezas únicas, con alma.

Y cuando hablamos de arte nos referimos a todas las manifestaciones artísticas: mobiliario, cerámica, pintura, loza, joyería…Para los integrantes del Gremio los objetos cotidianos cobraban vida si realmente se establecía una conexión entre el objeto y la función para la que ese objeto había sido concebido.

Todo ello se contraponía con el concepto de arte que trajo consigo la Revolución Industrial: arte hecho en serie, en fábricas, piezas hechas para un mero uso funcional sin ningún fundamento estético.

Los integrantes del Gremio pensaban que arte y artesanía formaban parte de un todo y separar al artista del arte era una aberración no sólo estética sino ética. Pero iban aún más allá: propugnaban una vuelta al medievalismo, al trabajo colectivo y grupal, todo encaminado a  la consecución de un producto con un acabado de calidad tanto en su diseño como en su carácter funcional, donde artesano y cliente se sientas satisfechos con el resultado final.

Algo que nos puede parecer obvio, desde un punto de vista artístico, no lo era (no lo es) desde un punto de vista económico y social. Si a duras penas en nuestra sociedad de consumo actual lo comprendemos -consumimos objetos hechos en serie, pocas veces de verdadera calidad y con materiales no naturales- y hemos relegado a los artesanos, de cualquier gremio, a pequeños talleres donde su arte y su producción no pueden competir en precio con la maquinaria empresarial china, debemos ponernos en la piel de una sociedad de emergente burguesía, como la de la Revolución Industrial, que, de pronto,  podía acceder a pequeños lujos decorativos, aunque no fueran de reseñable calidad, pero que le hacían sentirse más cerca de las clases aristocráticas a las que soñaban parecerse.

Por este motivo, aunque el movimiento Arts and Crafts fue revolucionario en su época, podemos decir que el reconocimiento de su ARTE (con mayúsculas) fue reivindicado como genial más desde la posteridad que desde su presente, ya que en un momento dado, el impacto causado y el deseo de muchos burgueses de participar de este movimiento fue el primer paso hacia el punto del que el propio movimiento quería huir: las imitaciones de baja calidad.

Pronto salieron imitadores a nivel industrial, producciones en serie que copiaban los diseños del Gremio y de la compañía creada por Morris, haciendo que las tesis del movimiento perdieran su propia esencia.

En este punto Charles Ashbee decide ir más allá del movimiento y abrazar el maquinismo o ideología maquinista. Este movimiento se integraba en la nueva creencia racionalista de que las máquinas y la industria ya formaban parte de una asociación indisoluble con el progreso económico, social y artístico. No aceptar esta premisa era quedarse atrás y no avanzar con la sociedad.

Pero Ashbee, da una vuelta de tuerca al pensamiento maquinista en serie y decide aplicar las teorías de Arts and Crafts a la corriente imperante: el diseño industrial. No se trataba de abandonar la esencia del producto, sino de darle un nuevo significado: diseñar y producir objetos usando todo aquello que tenía a su alcance, y la nueva maquinaria y las industria moderna podían ser el pilar de esa producción. Ashbee no consideraba que su nuevo concepto de arte sacrificara al artesano, sino que transformaba al artesano en diseñador industrial, siendo sus manos la máquina.

En 1905 el Gremio y Escuela de Artesanos desapareció, pero su esencia evoluciónó en la mente de Charles Robert Ashbee.

Todas las imágenes pertenecen a piezas (maravillosas piezas) diseñadas por Charles Robert Ashbee.

Arts and Crafts.Descripción.

El movimiento Arts and Crafts, cuya traducción literal sería Artes y Oficios, está fundamentalmente asociado a uno de los artistas más polifacéticos  que ha dado la cultura inglesa, el escritor, poeta, diseñador, artesano, impresor y activista político William Morris.

Este movimiento artístico nació en la Inglaterra de finales del siglo XIX y se extendió hasta los primeros años del siglo XX, suponiendo una ruptura con el diseño artístico predominante hasta la época, pero ya anunciado por ilustradores  y pensadores como Walter Crane y la extraordinaria personalidad del poeta, escritor, artista, crítico y reformista social John Ruskin, al que podríamos considerar uno de los ideólogos del movimiento.

La percepción que Arts And Crafts tenía del arte tendía a un predominio del objeto artesanal sobre el manufacturado. El propio nombre del movimiento lleva implícito el ideario del grupo: la reivindicación de los oficios y del trabajo artesanal del hombre sobre la máquina y la producción en serie.

Con la llegada de la industria y del bienestar social el consumo comenzó a incrementarse. Los objetos decorativos y bienes de consumo en general eran cada vez más demandados. Para hacer frente a esta demanda la industria comenzó a producir en serie, basando sus diseños en otros ya existentes. Los integrantes de Arts and Crafts consideraban que esta producción industrial masiva estaba en contraposición con la creatividad del artista y la originalidad de lo creado.

Para John Ruskin este renacimiento de la artesanía traería consigo una revitalización del oficio del artesano como artista, capaz de producir los más bellos objetos fruto de su trabajo y dedicación, al tiempo de que estos objetos servirían para embellecer más las vidas cotidianas. Se trataba en su propias palabras de «que el diseño fuera de la gente y para la gente, así como una fuente de disfrute tanto para el artesano como para el usuario». Además, gracias a este concepto del trabajo, se dignificaría la tarea realizada por el trabajador.

El proceso de producción propuesto por Art and Crafts era parecido al medieval y recogía la concepción gremial de los artesanos del medievo.

Las visión artística estaba basada en diseños rectilíneneos y angulares medievales. Los artesonados y mosaicos del arte musulman fueron otra de sus fuentes de inspiración, así como los antiguos grabados japoneses. Los elementos decorativos de la Grecia Clásica o el antiguo Egipto también están presentes en la estética de Arts and Crafts.

La publicación de The Grammar of Ornament del arquitecto británico Owen Jones, supuso un acontecimiento en el mundo artístico, ya que puede considerarse el libro de cabecera de  los integrantes de este grupo reformista. La obra cuenta con una increíble recopilación de  elementos decorativos por los que más tarde sería fácilmente reconocido este movimiento artístico.

La inspiración de Arts And Crafts se está presente en casi todos los elementos artísticos victorianos y más tarde tuvo una gran influencia en el Art Decó.