Pintoras victorianas ilustres (y casi desconocidas) Gwen John

Gwen John

Self-Portrait 1902 by Gwen John 1876-1939

«She takes down my hair and does it like her own … she has me sit as she does, and I feel the absorption of her personality as I sit» J. Foster, modelo

La pintora de las «mujeres sentadas», como se conoce a esta pintora galesa, tuvo que esperar a su arte fuera reconocido casi 50 años después de su fallecimiento, ya que durante su vida fue eclipsada por su hermano Auguste John, importante representante del post-impresionismo en el Reino Unido.

Hija de un abogado de severo carácter  y de una madre, acuarelista aficionada,  cuya enfermedad hizo que dejara el cuidado de sus tres hijas en manos de sus hermanas, su infancia estuvo marcada por la temprana muerte de su madre y la fervorosa religiosidad de sus tías.

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Desde muy joven mostró especial inclinación por el dibujo y apoyada por su hermano Auguste  decidió a ir a la Slade School of Art, la única escuela de arte en Gran Bretaña que permitía que las mujeres asistiesen a sus clases, aunque siempre separadas de los hombres, tanto en las clases como en cualquier otro espacio de la escuela.

Siempre a la sombra de su hermano, el atractivo y talentoso Auguste, Gwen desarrollaba su talento, e incluso su vida lentamente. Su carrera era un reflejo de su carácter retraído y tímido.

Expone sus obras por primera vez en 1900, en el New English Art Club, pero sus circunstancias personales y su falta de medios económicos la obligan a pasar penurias que cambiarían cuando decide viajar a París.

Con sus útiles de pintura como único equipaje, Gwen llega a París donde consigue trabajo como modelo para pintores y escultores. En uno de sus posados conoció al gran amor de su vida, el escultor Auguste Rodin, con el que vivió una apasionada e intermitente historia de amor durante cerca de 10 años.

A Lady Reading by Gwen John

La angustiosa relación con el pintor, mucho mayor que ella, y que siempre deseó una relación abierta y no tradicional, la condujeron a una crisis espiritual que la llevó a refugiarse en el catolicismo.

La obra de Gwen John es de algún modo el reflejo de su vida: sus 158 pinturas son principalmente mujeres anónimas en actitud serena, casi siempre sentadas con las manos en su regazo, transmitiendo casi una sensación de tristeza, de cierto misterio, de sentimientos encontrados luchando por salir a través de una mirada desafiante.

También pintó paisajes, interiores  y naturalezas muertas.

Además conservamos sus cuadernos de apuntes, donde aparecen sus impresiones sobre la naturaleza, el color y varios bosquejos, entre ellos muchos de gatos, motivo favorito de la pintora.

Eclipsada en su tiempo por la obra y personalidad de su hermano, fue precisamente éste quien predijo que su obra sería mejor entendida por las generaciones futuras que por sus contemporáneos,el punto de que en el futuro él sería conocido como el hermano de Gwen John.

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4 comentarios sobre “Pintoras victorianas ilustres (y casi desconocidas) Gwen John

  1. Encantado de volver a ver que publicas algo, empezaba a asustarme el hecho de no volver a verte publicar… un abrazo, y muchas gracias por el post!!

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