Medicina en la Época Victoriana

Con la mejora de las deplorables condiciones en las que vivían en las ciudades las familias trabajadoras, los sistemas sanitarios y los avances médicos comenzaron a evolucionar provocando cambios revolucionarios en todos campos de la medicina.

Muchos de esos cambios fueron el inicio de la medicina moderna. Los médicos, «physicians», tuvieron que enfrentarse, por la puesta en práctica de las nuevas técnicas, a un sinfín de controversias, muchas de ellas promovidas por la iglesia, que veían en ellas una manera de contrariar la voluntad de Dios y lo que ellos consideraban «la ley natural».

Uno de los pioneros en estos cambios fue el ginecólogo James Simpson.

James Young Simpson fue un doctor escocés que aplicó, por primera vez,  el cloroformo como anestesia para los partos especialmente difíciles y dolorosos. De hecho, el descubrimiento del cloroformo como anestésico y sustitutivo del éter fue puramente casual. Se cuenta que Simpson se reunía con otros médicos para probar ellos mismos nuevas sustancias que pudieran tener utilidad en el campo de la medicina.  Una noche la sustancia de prueba fue el cloroformo y Simpson observó como sus amigos quedaban inconscientes y no se recuperaban de esa inconsciencia hasta algún tiempo después.

Viendo que esta sustancia era más eficaz como «adormidera» o anestésico que el éter decidió promover su uso en la cirugía y utilizarlo en aquellos partos especialmente dolorosos. Además corrigió el método de administración, ya que él demostró que la administración por medio de una toalla  o una esponja empapada en cloroformo, era más efectiva que por inhalación

Aunque el doctor Simpson tuvo seguidores, fueron muchos los doctores que no se fiaban de la nueva sustancia y siguieron usando el éter. Uno de los mayores obstáculos con los que encontró Simpson fue con la religión, que consideraba que el parto y nacimiento implicaban dolor y atenuar ese dolor iba en contra de la voluntad de Dios.

Afortunadamente, poco a poco, las ideas de Simpson fueron encontrando más seguidores que detractores y hoy es considerado como uno de los padres de la anestesia moderna.

William Bowman, médico, anatomista y oftalmólogo británico,  fue uno de los investigadores médicos que más han contribuido al avance de la medicina. Sus estudios de los órganos humanos a través del microscopio trajeron descubrimientos revolucionarios a la ciencia médica y quirúrgica. Su primera investigación importante fue el estudio del músculo estriado, aunque uno de sus mayores descubrimientos fue la Cápsula de Bowman, unidad renal donde se realiza el filtrado de las sustancias de excreción. Este hallazgo supuso un gran avance en el tratamiento de las enfermedades renales.

Pero su afán por el estudio de la anatomía por medio del microscopio le llevó a lograr otros avances en el campo de la ciencia: los descubrimientos de la Glándula de Bowman, glándulas olfativas, o, más relacionado con su especialidad oftalmológica, la Membrana de Bowman, una de las cinco capas de la córnea.

William Bowman fue nombrado Caballero del Imperio Británico por la Reina Victoria, por sus contribuciones al desarrollo de la medicina.

Benjamin Brodie fue un cirujano británico cuyas investigaciones se centraron en los estudios de los huesos y las articulaciones, sus dolencias y los posibles tratamientos, todos ellos encaminados al logro del descenso en el número de amputaciones de los miembros, tan común en la época.

La gran repercusión de sus estudios le reportaron el nombramiento de Presidente del Colegio Médico Británico, cargo que aprovechó para difundir la necesidad de trabajar en la investigación médica por encima de otras cuestiones ajenas a la ciencia. Fue nombrado baronet por la Reina Victoria, ya que trató como médico a miembros de la familia real.

William Budd fue un doctor de la época victoriana especializado en epidemiología. Tomando como base los trabajos sobre las epidemias y su difusión de su colega contemporáneo John Snow, Budd estudió como la leche y el agua eran los principales difusores del contagio de enfermedades tan graves como el cólera y el tifus, que causaban auténticas epidemias y miles de muertes al año.

El trabajo de William Budd no sólo supuso un gran avance en la medicina sino que sirvió como revulsivo para que las autoridades se preocuparan más de las condiciones higiénicas de las ciudades  en general y  del sistema de aguas en particular, como principal difusor de los contagios. En la primera ciudad en la que se llevó a cabo este saneamiento de aguas fue en Bristol.

Joseph Lister, cirujano inglés aprendió los métodos de su oficio y la investigación científica de la mano de su padre Joseph Jackson, uno de los primeros investigadores que usaron el microscopio como principal instrumento de estudio médico.

Una de las principales preocupaciones de Lister como médico cirujano, era el alto porcentaje de muertos a causa de las infecciones producidas por las heridas  y por los cortes producidos después de una intervención quirúrgica.

En su trabajo como cirujano en la Royal Glasgow Infirmary desarrolló un método de asepsia y antisepsia mediante el sometimiento del instrumental quirúrgico al calor, como método de desinfección. Después de estudiar las conclusiones de Louis Pasteur sobre los microorganismos bacterianos, llegó a la conclusión de que la mayor parte de las infecciones contraídas en las heridas eran de origen bacteriano, por lo que una perfecta higiene y desinfección tanto del instrumental como de las manos del médico eran fundamentales.

Para erradicar las infecciones probó con increíble éxito el uso del fenol como antiséptico, no sólo para desinfectar los instrumentos de operación, sino para lavar las manos de los cirujanos y para aplicarlo a las heridas abiertas como bactericida. Después del uso habitual de este método en los hospitales, las muertes por infección de heridas disminuyeron en un número muy considerable. Lister fue también el inventor del pulverizador de gas carbólico como método antiséptico.

Los métodos del doctor Lister se aplicaron en las curas e intervenciones médicas a los soldados de la guerra franco prusiana demostrando su utilidad y con ello acallando las críticas que el provocaron sus teorías sobre la antisepsia.

Además el doctor Lister introdujo el catgut como hilo de sutura; este material «confeccionado» con hilos de membrana del intestino del gato demostró ser muy eficaz como hilo para coser las heridas y evitar infecciones, ya que al ser proteico era reabsorbido por el organismo. Lo probó por primera vez en una intervención que le realizó a su hermana y posteriormente se reveló como uno de los mayores avances de la medicina.