Eliza Leslie fue una famosa escritora muy popular por la publicación de sus libros de cocina que alcanzaron un enorme éxito en la época victoriana en los Estados Unidos.
Sus recetas fáciles de elaborar eran una recopilación de las recetas caseras más populares de Norteamérica y una garantía de conseguir un plato delicioso para cada ocasión.
Nacida en Filadelfia pasó gran parte de su infancia en Londres, donde su padre se dedicaba al comercio. A su regreso a los Estados Unidos, la familia descubrió que a causa de las deudas de sus clientes estaba prácticamente al borde de la ruina.
Los sueños de ser escritora de Eliza debieron aplazarse y cambiarse por el aprendizaje de la costura y la cocina, mucho más útiles en aquel momento para ayudar a la economía familiar. Pese a ello Eliza no se rindió logrando publicar varios cuentos para niños y el libro que le dio una gran popularidad American Girl’s Book.
A partir de ese momento Eliza, ya conocida como Miss Leslie, se dedicó a la escritura de libros que pudieran ayudar a las amas de casa a hacer más llevaderas las tareas del hogar, siendo especialmente populares sus libros sobre las buenas maneras Miss Leslie’s Behavior Book, la organización del hogar The House Book y , por supuesto, sobre cocina Miss Leslie’s New Cookery Book.
Eliza Leslie, toda celebridad en su momento, consiguió unir a miles de mujeres que seguían sus consejos y actuaban y cocinaban a la manera de Miss Leslie.
Los famosísimos y casi omnipresentes Cupcakes son pequeñas tartitas individuales que han alcanzado una increíble popularidad en los últimos años, gracias, como no podía ser de otra manera a su repetida aparición en populares series de la televisión americana. No era inusual ver a las chicas de Sex in the City saboreando estos exquisitos pastelillos.
Lo que mucha gente no sabe es que el origen de esta tartita, que se hace en pequeños moldes utilizados también para magdalenas o muffins, tiene su origen en la Época Victoriana y supusieron toda una revolución culinaria en la manera de realizar la repostería casera.
El Cupcake tiene su origen en Estados Unidos y esta tarta individual aparece nombrada así por primera vez en el siglo XIX, en los famosos libros de cocina de la protagonista de este post Eliza Leslie. Fue esta gurú de la cocina victoriana americana la que en su libro ‘Receipts’ de 1828 introduce la receta de este muffin cuya particularidad es que los ingredientes pueden ser medidos «en tazas» – dos tazas de azúcar, tres tazas de harina, una taza de leche…

Aunque esto hoy en día nos parece muy simple, en la época fue toda una revolución porque ahorraba muchísimo tiempo en la medición de la cantidad de ingredientes y hacía que la elaboración de la receta fuera realmente fácil, rápida y al alcance de cualquiera.
Si tenemos en cuenta que en la repostería una cantidad mal medida puede dar al traste con cualquier elaboración, y que los utensilios culinarios y las cocinas de la época diferían mucho de los modernos aparatos y menaje actuales, esta forma de medir las cantidades fue muy bien recibida.
De todos modos, hay dos teorías sobre el origen de su nombre: una de las teorías dicen que el nombre de Cupcake viene de la unión de cup – taza – y cake – pastel.
Y realmente significaba pastel cuyos ingredientes se miden con una taza; otra teoría sobre el origen del nombre apunta a que el nombre viene del recipiente en el que se cocinaba y presentaba tazones o cazuelitas de barro o ramequines, pequeños recipientes de barro muy utilizados en la actualidad para muffins, cupcakes o soufflés individuales.
Aunque muchas veces los términos muffins,madalenas y cupcakes se utilizan indistintamente, hay diferencias en la elaboración de los tres postres. La elaboración de los muffins y madalenas es prácticamente la misma ya que comparten los mismos ingredientes; la diferencia es la proporción de la levadura en ambos dulces: en las madalenas es mayor para lograr que «suban», mientras que en los muffins es menor para que queden más planos y menos esponjosos.
Los Cupcakes comparten ingredientes con los bizcochos o cakes, ya que como hemos dicho son pasteles pero en porciones individuales y por ello aceptan más variantes en sus ingredientes – miel, vainilla, canela…- además de distinguirse por sus llamativas coberturas o frostings tan infinitas como nuestra imaginación y tan deliciosas como realmente aparentan.
En próximos post publicaré alguna receta victoriana para repostería y trataré de que entre ellas haya, al menos, una de cupcakes.